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27.11.23

Jim The Penman, el falsificador

En la década de 1880, Emanuel Ninger, conocido como "Jim, the Penman", dibujaba billetes de 50 y 100 dólares a mano, dedicando semanas a cada uno. 

Ninger y su esposa llegaron a los Estados Unidos desde Alemania en 1876 y establecieron su hogar en Hoboken, Nueva Jersey. Trabajó como pintor de carteles y cultivó la tierra que compró en Westfield, Nueva Jersey, pero aparentemente la vida que se ganaba con dos ocupaciones no satisfacía del todo su avaricia.

Ninger comenzó a falsificar en 1878, y en 1879 la oficina de canje del Tesoro conocía su trabajo, pero no su nombre real. El Servicio Secreto lo bautizó como "Jim the Penman". Comenzó con un billete de $10 y luego, ganando confianza en sus habilidades, pasó a billetes de $20 y $50, y luego de $100. El primer billete de 100 dólares que aprobó fue descubierto por el Tesoro en noviembre de 1893.

Ninger lograba sus falsificaciones comprando papel bond de Crane & Company, en Dalton, Massachusetts, luego lo cortaba al mismo tamaño que los billetes estadounidenses de 50 y 100 dólares que estaba copiando. Luego empapaba el papel en una solución de café diluido y a coninuación lo alineaba sobre un billete auténtico, colocando a ambos sobre un trozo de vidrio. Así iba calcando la imagen resultante. Usaba un pincel de pelo de camello para poner colores en el billete, imitaba los hilos de seda con tintas rojas y azules y realizaba una copia aproximada del intrincado arte geométrico de los billetes reales. En particular, en cada billete que creaba, omitía la línea que acreditaba a la Oficina de Grabado, y en algunos de ellos incluso faltaba la advertencia de falsificación. Cuando se le preguntó por qué omitía el crédito de la Oficina de Grabado en sus billetes, Ninger respondió: "Porque ellos [sic] no los hicieron [sic]".

Trabajaba durante semanas en cada billete, y esto fue rentable porque en ese momento uno de esos billetes era extremadamente valioso (alrededor de $ 2000 o $ 4000 en dólares de hoy). Finalmente fue capturado por el Servicio Secreto en marzo de 1896 cuando le pagó a un camarero con un billete de 50 dólares, el billete se mojó y la tinta empezó a correrse. Fue sentenciado a seis años en la penitenciaría del condado de Erie. En algún momento después de su liberación, falsificó algunos billetes de libras esterlinas. Murió el 25 de julio de 1924, a los 77 años.

Hoy en día, se estima que hay entre 20 y 30 billetes de Ninger en manos de coleccionistas, de un total estimado de 700 fabricados por Ninger, aunque él sólo admitió haber fabricado 390 billetes durante sus 18 años como falsificador.




Fuentes; 
https://www.futilitycloset.com/2008/08/11/ninger-note/
https://www.reddit.com/r/interestingasfuck/comments/pzy0cp/hand_drawn_banknote_by_counterfeiter_emanuel/
https://www.uscurrency.gov/es/historia
https://www.hhhistory.com/2020/09/making-money-illegal-way.html



22.11.23

Cómo los dólares falsificados han invadido a Venezuela


Fuente en inglés: https://insightcrime.org/news/how-counterfeit-dollars-have-overrun-venezuela/


En el corazón del sector comercial de Sabana Grande, en Caracas, Venezuela, cada vez más vendedores se han visto obligados a adquirir equipos electrónicos para identificar dólares falsos.

“Yo misma he agarrado dólares falsos, los reconozco por el relieve”, dice Consuelo*, la encargada de una tienda en la zona. “Yo por lo menos los agarro y ya sé que son falsos. He agarrado de US$100 y de US$20”.

Como Consuelo, decenas de comerciantes y vendedores de divisas en zonas visitadas por InSight Crime en Caracas y la frontera con Colombia están en constante alerta y manifiestan preocupación frente la circulación de dólares falsos en Venezuela.

La alarma de las divisas falsificadas se encendió en el instante en el que el país se sumergió en un proceso de dolarización ‘de facto’ que comenzó en 2017 y que para mayo de 2023, de acuerdo con cifras de la consultora Ecoanalítica, representó el 52,7 % del total de transacciones comerciales a nivel nacional.

Sin embargo, aun cuando este delito está prosperando al interior de Venezuela, el flujo de billetes falsificados proviene del exterior.

Según información proporcionada por el Servicio Secreto de los Estados Unidos y autoridades judiciales y policiales colombianas que hablaron con InSight Crime, Colombia y Perú son los principales responsables de la producción de dólares falsos que se trafican en Venezuela y en la región.

Con la fábrica de dólares falsificados a la vuelta de la esquina, una dolarización prácticamente imparable y unas instituciones financieras asfixiadas por la crisis económica interna, Venezuela es el caldo de cultivo ideal para que los dólares falsos encuentren una nueva guarida.
La dolarización atrae a los falsificadores

El arribo masivo de dólares a Venezuela, causado en principio por una de las inflaciones más elevadas del mundo y la continua depreciación de su moneda local, abrió la puerta a un mercado paralelo donde los dólares falsos pueden transitar sin mayores restricciones.

En junio, el medio local El Carabobeño publicó una serie de recomendaciones para prevenir a la población sobre una aparente una oleada a nivel nacional de billetes fraudulentos de US$ 20 dólares.

Un mes después, durante una inspección rutinaria en la frontera colombo-venezolana, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) capturó a un hombre proveniente de Colombia con aproximadamente US$ 150.000 dólares falsos en un punto de control fronterizo en el estado de Táchira.

Las alertas venían desde antes. En Octubre de 2022, Douglas Rico, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), indicó que, en lo corrido de ese año, habían registrado entre cuatro y cinco denuncias por mes.

Para introducir los billetes falsificados dentro de la economía legal venezolana, una vendedora local le explicó a InSight Crime que las redes criminales alteran billetes de menor denominación y los hacen pasar por otros de mayor valor.

“En otras tiendas pasan un billete por un lado y es de 100, pero en realidad las máquinas los detectan como si fueran de 20”, puntualizó la comerciante.

Un funcionario del sistema judicial en Colombia, que prefirió reservar su nombre porque tiene investigaciones abiertas contra redes de falsificadores, afirmó que ciudades fronterizas colombianas como Maicao, en el departamento de la Guajira, y Cúcuta, en Norte de Santander, son zonas clave de producción de dólares falsos que son enviados a suelo venezolano.

La compra de dólares falsos que se fabrican en regiones colombianas y terminan ingresando a Venezuela es un modus operandi ya identificado por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (DIJIN) de la Policía Nacional de Colombia.

En junio de 2021, después de desmantelar una fábrica destinada a la falsificación de moneda en el municipio de San Cayetano, departamento de Norte de Santander, Colombia, agentes de la Policía local explicaron a El Tiempo que los grupos criminales venezolanos pedían paquetes de billetes falsos por encargo y pagaban $45.000 pesos colombianos (US$ 10 aproximadamente) por un billete de US$ 100 dólares.

Aunque InSight Crime no ha encontrado una conexión directa entre las principales estructuras criminales que operan localmente y el negocio de los dólares falsos en Venezuela, la presencia y control de importantes corredores transfronterizos por parte de algunos de estos grupos, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o facciones de las disidencias de las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC), también conocidas como las ex-FARC mafia, pueden traducirse en una oportunidad para ampliar sus réditos ilícitos.

La sombra de la falsificación de dólares en Venezuela ha ido creciendo de la mano con una progresiva dolarización ‘de facto’ en la que está sumergida el país desde hace 6 años aproximadamente.

Mientras el bolívar se fue desmoronando debido a la hiperinflación y a las fallidas políticas económicas gubernamentales, el dólar se presentó -a mediados de 2017- como un refugio y una alternativa para un país que veía como su moneda perdía valor con cada minuto que pasaba.

“El bolívar prácticamente hoy en Venezuela es inexistente como moneda”, dijo Edison Morales, profesor de economía de la Universidad de Zulia.

Ante la inminente avalancha de dólares que comenzaron a circular a nivel nacional, el presidente Nicolás Maduro se vio obligado a suprimir en 2018 la Ley de Ilícitos Cambiarios. En otras palabras, el gobierno levantó las restricciones para comprar divisas y hacer transacciones con monedas extranjeras en el país.

Para el 2021, el dólar ya había reclamado un lugar fundamental en la economía cotidiana de la población venezolana, llegando a ocupar el 55% de las transacciones en el país.

“Nuestra dolarización es una dolarización de facto, por así decirlo. Es una dolarización solo para transar en moneda, pero, no es una dolarización oficial, porque los sueldos y salarios, por ejemplo, son pagados en bolívares”, dijo a InSight Crime un economista del Observatorio Venezolano de Finanzas que pidió omitir su nombre por cuestiones de seguridad.

Y, aunque es difícil estimar la cantidad total de dólares que circulan en Venezuela ya que el Banco Central no tiene el control sobre su emisión, cifras aproximadas entregadas por la firma Ecoanalítica en los últimos años, reflejan cómo el país pasó de tener 2.600 millones de dólares en circulación durante 2019 a casi 4.825 millones en agosto de 2023.
El aumento progresivo de la circulación de dólares en Venezuela “es un buen escenario para que cualquier mafia que esté haciendo esto de los dólares falsos se integre”, agregó el economista del Observatorio Venezolano de Finanzas.

Entran dólares, salen bolívares

Así como los dólares falsos están ingresando a Venezuela, también hay una importante fuga de bolívares que tienen una elevada demanda por parte de organizaciones delictivas de la región.

Localmente inservibles, millones de bolívares que salieron de circulación en Venezuela elevaron su cotización en el mercado criminal de la región debido a las propiedades de su papel, que es difícil de adquirir comercialmente.

En diciembre de 2016, millones de venezolanos hacían larga filas en los bancos para entregar los billetes de 100 bolívares que salieron de circulación por orden directa del presidente Nicolás Maduro.

La decisión de retirar los billetes, de acuerdo con el entonces ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, fue la respuesta a la extracción ilegal de 300 mil millones de bolívares que fueron sacados del país por supuestas mafias internacionales que buscaban una desestabilización económica.

Este caso sería apenas la superficie de una montaña de bolívares que aparecieron posteriormente en diferentes mercados de monedas ilegales de América Latina.




En febrero de 2017, autoridades en Paraguay decomisaron un aproximado de 25 toneladas de bolívares venezolanos en la ciudad de Saltos del Guairá, en la frontera con Brasil. Según el reporte de la policía local, los billetes, en su mayoría de denominación de 50 y 100 bolívares, iban a ser utilizados para falsificar otras monedas.

Un año después, en abril de 2018, el gobierno venezolano asestó uno de los golpes más fuertes que han sufrido las redes ilícitas que controlaban la extracción y contrabando de billetes en el país. A través de la Operación «Manos de Papel«, las autoridades desarticularon una red transnacional dedicada al tráfico de moneda y a la manipulación ilegal de la tasa de cambio en la zona fronteriza.

“Se detectaron varias redes trasnacionales del crimen organizado con 2 propósitos, la primera: extracción y robo del cono monetario y la segunda: imposición de tasas criminales del dólar especulativo”, señaló por medio de un comunicado el entonces vicepresidente de Venezuela, Tarek El Aissami.

Además de Paraguay, países como Colombia, Ecuador y Brasil también reportaron decomisos de billetes venezolanos que terminaron siendo transformados en dólares u otras monedas de alto valor en el mercado de divisas.

“Estas mafias no solo usan bolívares, pero para ellos es más fácil usar billetes venezolanos. En este caso es más fácil obtener la materia prima de un cono monetario que anda rodando por todas partes del mundo y que además no tiene ningún valor”, afirmó el economista del Observatorio Venezolano de Finanzas.

En un operativo en abril de 2023, la Policía de Colombia arrestó a dos personas que eran parte de una red de falsificación y tráfico de moneda que compraba bolívares en la frontera con Venezuela, los transformaba en dólares en suelo colombiano y los enviaba a Ecuador.

Dicha organización delincuencial, según una publicación de Revista Semana, adquiría cajas de billetes de origen venezolano en la ciudad fronteriza de Cúcuta. Posteriormente, trasladaba los bolívares hasta Medellín, donde eran sometidos a un proceso químico de blanqueamiento para obtener el papel moneda que insertaba en las impresoras offset, una técnica de impresión en el que se utiliza una plantilla para transferir la imagen de tinta a un papel.

Para evitar llamar la atención de las autoridades aduaneras o fronterizas, las redes dedicadas al transporte envían pequeñas cantidades de billetes a otros países por medio de correos humanos, servicios de encomiendas o buses de servicio público, le explicó a InSight Crime una funcionaria judicial colombiana.




Uno de los últimos hallazgos de bolívares en manos de redes de traficantes se produjo en agosto de 2023 cuando la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) detuvo a cinco personas que estaban custodiando una bodega en el municipio Junín, Táchira, donde estaban almacenadas 6.000 bolsas repletas de billetes de diferentes denominaciones del cono monetario venezolano.

El dinero encontrado, de acuerdo con las fotos publicadas en el reporte oficial, tenía las mismas características de los billetes de 100 bolívares que fueron retirados hace casi 7 años con el decreto del 2016.
El efecto contaminante de vecinos falsificadores

Mucho antes de que en Venezuela se hablara de dólares falsos, en Colombia y otros países del continente sudamericano ya existían clanes con tradición en este oficio criminal.

Aunque es difícil establecer la fecha exacta de la aparición de los primeros dólares fraudulentos en América Latina, para 1991, Marino Radillo, investigador del Servicio Secreto de Estados Unidos -la agencia encargada de investigar y rastrear la falsificación de la moneda estadounidense- aseguraba que el 30 % de los dólares falsos que estaban circulando alrededor del mundo en ese entonces se producían en suelo colombiano. Esa misma institución estableció en 1996 una oficina en Bogotá, Colombia, con el fin crear estrategias conjuntas con las autoridades locales ante el incremento de esta actividad criminal.

Fue así como durante los años 90 y la primera década de los 2000, Colombia fue catalogada como el epicentro de producción y tráfico de moneda falsa a nivel mundial. Ciudades como Bogotá, Cali y Medellín, rotuladas como el “Triángulo de Oro”, estuvieron en el foco por la calidad y sofisticación de las técnicas empleadas que había detrás de millones de dólares decomisados.

No obstante, a partir del 2003 Perú entró en la contienda del mayor productor de dólares falsos. De acuerdo con un agente norteamericano en entrevista con la BBC, para 2009, el 17 % de los billetes falsificados que entraban a Estados Unidos provenían de Perú.

Para 2013, de acuerdo con información del Servicio Secreto y autoridades peruanas, las organizaciones criminales de Perú desplazaron a Colombia como el principal fabricante de moneda fraudulenta a escala global. En un periodo no mayor a 10 años, se incautaron un aproximado de 103 millones dólares falsificados en este país.

Incluso, un falsificador de dólares peruano que fue entrevistado por National Geographic en 2020, dijo que su organización estaba en capacidad de producir US$ 6 millones en 45 días.

En conversación con InSight Crime, una funcionaria del sistema judicial en Colombia que investiga este fenómeno y que prefirió omitir su nombre por posibles represalias de grupos delictivos, comentó que el afianzamiento de Perú y Colombia como productores de billetes falsos no fue casualidad. Las organizaciones criminales de ambos países eran garantía de experiencia, bajos costos y una excelsa calidad que no tenía competencia en otros lugares.

Tras más de dos décadas de intensos operativos y estrategias multinacionales para frenar la falsificación de moneda en Perú y Colombia, recientes incautaciones y reportes indican que ambos países siguen estando en la cúspide de producción de moneda falsa en América Latina.

En cuanto a las técnicas utilizadas en la región, la impresión láser, la técnica offset y la serigrafía se han mantenido como las más populares.

Aunque la Policía en Colombia asegura que la impresión offset es la más popular entre las redes delincuenciales, un funcionario de la DIJIN que habló bajo reserva mencionó que los criminales estarían migrando hacia el uso de impresoras láser ya que la calidad y los detalles de los billetes son superiores y ofrecen resultados más rápidos.

Una vez los dólares están almacenados y listos para ser transportados, los destinos preferidos por las redes criminales, además de Estados Unidos, son países de la región como México, Ecuador, Panamá, Argentina, y más recientemente, Venezuela.





Fuente de texto e imágenes: https://insightcrime.org/es/noticias/sombra-dolares-falsos-cubre-venezuela/












19.7.23

Benjamín Franklin, el impresor de billetes

Lo que Benjamin Franklin aprendió mientras luchaba contra los falsificadores

Mucho antes de que hubiera Benjamines en circulación, el padre fundador se dedicaba a experimentar con técnicas de impresión mientras trabajaba para asegurar la moneda impresa colonial.

En 1731, Benjamin Franklin ganó el contrato para imprimir £ 40,000 para la colonia de Pensilvania, produciendo una corriente de dinero barroco, a menudo hermoso. Crédito: Departamento de Colecciones Especiales, Bibliotecas Hesburgh de Notre Dame

por Veronique Greenwood - 17 de julio de 2023

Cuando Benjamin Franklin se mudó a Filadelfia en 1723, fue testigo del comienzo de un nuevo experimento arriesgado: Pensilvania acababa de comenzar a imprimir palabras en papel y llamarlo dinero.
El primer papel moneda estadounidense llegó al mercado en 1690. Las monedas de metal nunca permanecieron en las 13 colonias por mucho tiempo, fluyendo en un flujo incesante hacia Inglaterra y otros lugares, como pago por bienes importados.
Varias colonias comenzaron a imprimir trozos de papel para reemplazar las monedas, afirmando que dentro de un cierto período de tiempo, podrían usarse localmente como moneda. El sistema funcionó, pero de forma irregular, como pronto descubrieron las colonias. Si imprimes demasiados billetes, el dinero se vuelve inútil. Y los falsificadores a menudo encontraron que los billetes eran fáciles de copiar, devaluando los reales con una avalancha de billetes falsos.
Franklin, que comenzó su carrera como impresor, era un inventor empedernido que también crearía el pararrayos y las gafas bifocales, encontraba fascinante el papel moneda. En 1731, ganó el contrato para imprimir 40.000 libras esterlinas para la colonia de Pensilvania y aplicó su afición por la innovación a la moneda.
Durante su carrera como impresor, Franklin produjo una corriente de dinero barroco, a menudo hermoso. Creó una placa de cobre de una hoja de salvia para imprimir en el dinero, como medida de seguridad para frustrar a los falsificadores: el intrincado patrón de las venas no podía imitarse fácilmente. Influyó en otros impresores y experimentó con la producción de papel nuevo y la invención de tintas. 
Ahora, en un estudio publicado el lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences, un equipo de físicos ha revelado nuevos detalles sobre la composición de la tinta y el papel que usó Franklin, lo que genera dudas sobre cuáles de sus innovaciones pretendían ser defensas contra la falsificación, y cuáles eran simplemente experimentos con nuevas técnicas de impresión.
El estudio se basa en más de 600 artefactos en poder de la Universidad de Notre Dame, dijo Khachatur Manukyan, físico de esa institución y autor del nuevo artículo. Él y sus colegas observaron la moneda estadounidense del siglo XVIII mediante la espectroscopia Raman, que utiliza un rayo láser para identificar sustancias específicas como el silicio o el plomo en función de su vibración. También utilizaron una variedad de técnicas de microscopía para examinar el papel en el que se imprimió el dinero.
Parte de lo que observaron confirma lo que los historiadores saben desde hace mucho tiempo: el papel moneda de Franklin contiene motas de mica, también conocida como moscovita o cola de pescado. Estos parches brillantes probablemente fueron un intento de combatir a los falsificadores, que no habrían tenido acceso a este papel especial, dijo Jessica Linker, profesora de historia estadounidense en la Universidad Northeastern que estudia el papel moneda de esta época y no participó en el estudio. Por supuesto, eso no les impidió intentarlo.
“Producen falsificaciones muy buenas, con mica pegada a la superficie”, dijo el Dr. Linker.

Franklin influyó en varios otros impresores y experimentó con la producción de papel nuevo y la elaboración de tintas. Crédito Departamento de Colecciones Especiales, Bibliotecas Hesburgh de Notre Dame


En el nuevo estudio, los investigadores encontraron que la mica en los billetes de diferentes colonias parece provenir de la misma fuente geológica, lo que sugiere que una sola fábrica produjo el papel. El área de Filadelfia se destaca por su esquisto, un mineral escamoso que contiene mica; es posible que Franklin o los impresores y fabricantes de papel asociados con él recolectaran localmente la sustancia utilizada en su papel, dijo el Dr. Manukyan.
Sin embargo, cuando examinaron la tinta negra de algunos de los billetes, los científicos se sorprendieron al descubrir que parecía contener grafito. Para la mayoría de los trabajos de impresión, Franklin tendía a usar tinta negra hecha de aceites vegetales quemados, conocida como negro de humo, dijo James Green, bibliotecario emérito de Library Company of Philadelphia. El grafito habría sido difícil de encontrar, sospecha.
“Entonces, el uso de grafito por parte de Franklin en la impresión de dinero es muy sorprendente, y su uso en billetes impresos ya en 1734 es aún más sorprendente”, dijo Green en un correo electrónico.
¿Podría el uso de tinta de grafito haber sido una forma de diferenciar el dinero real de las falsificaciones? Es probable que las diferencias de color entre el grafito y el negro de humo hayan sido lo suficientemente sutiles como para hacer que la tarea sea difícil, dijo Green. En cambio, podemos estar viendo otro ejemplo de la creatividad de Franklin.
“Me sugiere que casi desde el principio estaba usando sus contratos de impresión de dinero como una oportunidad para experimentar con una serie de nuevas técnicas de impresión”, dijo.
Para comprender más claramente la intención de Franklin, serían útiles más análisis de documentos impresos de la época, dijo Joseph Adelman, profesor de historia en la Universidad Estatal de Framingham en Massachusetts.
“La comparación que más me gustaría ver serían las otras publicaciones de Franklin”, dijo el Dr. Adelman. “Para probar realmente esta teoría, ¿Franklin tiene esta reserva separada de tinta?”
En investigaciones futuras, el Dr. Manukyan espera colaborar con académicos que tengan acceso a colecciones más grandes de los primeros billetes estadounidenses. Estas técnicas pueden ser muy valiosas en el estudio de la historia, dijo el Dr. Linker, si los científicos e historiadores pueden trabajar juntos para identificar las mejores preguntas para responder.
“Tengo preguntas sobre un montón de tintas. Hay un verde realmente extraño en algunos de los billetes de Nueva Jersey”, dijo, refiriéndose al dinero impreso por un contemporáneo de Franklin. “Me encantaría saber de qué está hecha esa tinta verde”.



Fuentes:
1. la investigación pueden encontrarla aquí https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.2301856120
2. traducción realizada sobre el artículo aparecido en el siguiente link https://www.nytimes.com/2023/07/17/science/benjamin-franklin-counterfeit-currency.html?unlocked_article_code=bgw87Ch_xy1dJwQquBhAZ4HllKlO-bjVfmqfdAm2214gyOP7hffW5bKRJTHhpBpL0bNQ-iuxkJ-c8fQXcCDHs-HpRpn2N6lmICsn9fbwhc2Zvi4PDH0-WtpcknbazhNWDp8HPtpDrO-wQ6xZt2sb7zi49aRXhyuGKQhn2PDD3k_4-HD3jK0_y8wHYerME5SFWpWxzlOmIxWGaMuKakZLjpE9jpg-AugbdHkTnziGSJ-DGr1oqMfnV9fM1zB3E5HdxiV29IbwR-_s3r7FSevrNp1S4Xcvm1Zm1gdQBoy3QRhi-CcYbzrTuiBW3lbqiK5Lq0weQvIb6NppGI2s53q026aylwRugId_dVW99HGDc8o&smid=url-share


29.6.23

El SUPERDÓLAR

El secreto de los 'superbilletes' falsificados de Estados Unidos
por Klaus Bender - Publicado originalmente el 8 de enero de 2006 en Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, Alemania

Para la autoridad policial internacional Interpol, el caso es de máxima prioridad. Desde hace casi 20 años y en grandes cantidades, circulan billetes de 100 dólares falsos de impecable calidad. Interpol ha estado buscando el origen de los billetes, pero hasta ahora no ha podido identificarlo.

En marzo de 2005, Interpol emitió el llamado "aviso naranja". Con un "aviso naranja", los países miembros de Interpol son notificados de una situación de amenaza especial. A fines de julio de 2006, Interpol organizó una conferencia para bancos centrales, investigadores policiales y miembros de la industria de impresión de alta seguridad sobre los Superdólares.

Los estadounidenses creen conocer a los perpetradores: la dictadura comunista de Corea del Norte, archienemigo de Estados Unidos. Pero al final de la conferencia de un día, surgieron dudas sobre esta acusación. Peor aún: surgió el rumor de que los propios estadounidenses podrían estar detrás de las falsificaciones.

DIPLOMÁTICOS CON FAROS DE DINERO EN SU EQUIPAJE

Desde que se descubrió el primer billete falso de 100 dólares de la Reserva Federal en un banco de Manila, Filipinas, en 1989, ha habido un gran entusiasmo por el tema. Incluso los expertos en impresión de billetes no han sido capaces de diferenciar los billetes de 100 dólares falsos de los auténticos mediante la inspección visual y las pruebas táctiles, las pruebas de autenticidad más importantes para el ciudadano medio. Con respeto, los investigadores bautizaron los billetes falsificados como Supernotes.

En ese momento (1989), se sospechaba de varios países, incluidos los mulás iraníes, Siria, el Hezbolá del Líbano y también la antigua Alemania Oriental. A Washington no le gusta que le recuerden esto, porque hoy está convencido de que debe ser Corea del Norte

Una posible evidencia de esto es que diplomáticos y empresarios de Corea del Norte con pasaportes diplomáticos han sido interceptados a lo largo de los años con enormes fajos de Supernotes en su equipaje. Además, los desertores de Corea del Norte han hablado de una operación de falsificación de dinero dirigida por el estado. Pero la fiabilidad de estas declaraciones es cuestionable.



L
AUTOCENSURA DE LOS MEDIOS DE ESTADOS UNIDOS

El testigo principal de esta versión es un ex agregado económico de Corea del Norte en Moscú, quien en 1998 fue atrapado con $30,000 en Supernotes en la ciudad rusa de Vladivostok. En 2003 desertó a Occidente e informó que la operación de falsificación se llevó a cabo en beneficio de la billetera privada del dictador Kim Jong-il, y que él estuvo personalmente involucrado y fue responsable de la producción de los Supernotes .

Desde entonces, la gente en Washington ha creído que Kim Jong-il no solo financia su coñac francés y su programa de misiles y armas nucleares con Supernotes, sino que las falsificaciones son todo lo que evita que todo su sistema económico en bancarrota se derrumbe. Estados Unidos afirma saber que los Supernotes valorados en 250 millones de dólares se imprimen en Corea del Norte y se ponen en circulación todos los años. No se permiten dudas al respecto; todo el panorama de los medios estadounidenses se ha autocensurado sobre este tema explosivo.

HECHO CON ALGODÓN DEL SUR DE EEUU

La impresión de billetes de banco es una empresa técnica extremadamente compleja. Es difícil para el profano imaginar la experiencia requerida para producir dinero falso de la calidad de los SupernotesEl papel de los billetes que se utiliza para los Supernotes se produce en una máquina de fabricación de papel denominada Fourdrinier y se compone de un 75 % de algodón y un 25 % de lino. Solo los estadounidenses hacen sus billetes de esta manera.

En los Supernotes no falta ni el hilo de seguridad de poliéster con la microimpresión "USA 100" ni las marcas de agua. Para ello, los falsificadores necesitarían al menos una máquina de fabricación de papel. Además, un análisis químico y físico del papel demuestra que el algodón utilizado en los Supernotes se originó en los estados del sur de Estados Unidos. Sin duda, este algodón está disponible gratuitamente en el mercado abierto.

PRIMERAS FALSIFICACIONES CON IMPRESIÓN INTAGLIO

Aparte de la operación nazi de falsificación del billete de libra esterlina durante la Segunda Guerra Mundial, en la larga historia de falsificación de moneda, el Supernote es el primero que se produce utilizando la impresión en intaglioLos Supernotes tienen una impresión en relieve intaglio perfectamente perceptible. Por lo tanto, para imprimir tales Supernotes, se requiere una imprenta intaglio, que es fabricada únicamente por KBA Giori (anteriormente DLR Giori) en Würzburg, Alemania, que la American Federal Reverse y la Oficina de Grabado e Impresión han utilizado durante años para imprimir el dólar.






Estas máquinas de impresión especiales no están disponibles en el mercado abierto. Incluso la reventa de una máquina de este tipo se informa a la Interpol como una cuestión de rutina. En la década de 1970, Corea del Norte poseía una imprenta estándar del siglo pasado, que de hecho fue fabricada por KBA en Wuerzburg, Alemania. Pero los expertos dicen que tal impresora no podría producir una Supernote sin equipo adicional. Y debido a la falta de piezas de repuesto, la impresora de Corea del Norte ha estado fuera de servicio durante algún tiempo. Hoy, es probable que China esté imprimiendo la moneda para su vecino.

TINTAS DE SEGURIDAD DE FÁBRICAS DE ALTA SEGURIDAD

Las acusaciones de que Corea del Norte adquirió en secreto una imprenta moderna de KBA Giori durante la década de 1990 son una invención. Pyongyang ha estado tratando de comprar nuevas imprentas en Europa, pero hasta ahora no ha tenido éxito, aunque solo sea porque nunca pagó la totalidad de su antigua imprenta estándar.

El análisis forense realizado por un laboratorio forense muestra que las tintas de seguridad utilizadas para los Supernotes son idénticas a las utilizadas en los billetes genuinos. Eso se aplica incluso a la costosa tinta que cambia de color OVI, que altera su apariencia según el ángulo de incidencia de la luz; el dólar cambia de verde bronce a negro.

La tinta ultrasecreta OVI es producida exclusivamente por Sicpa de Lausana, SuizaLas tintas exclusivas que utiliza la Reserva Federal son mezcladas por el licenciatario estadounidense en fábricas de alta seguridad en Estados Unidos. Esto se aplica a todas las tintas de seguridad utilizadas en dólares estadounidenses.



Las tintas OVI 'top secret' cambian de color según la
incidencia de la luz. ¿Podría el régimen de Kim Jong-il
haber conseguido las tintas adecuadas para hacer
Supernotes?

Sin embargo, no se puede descartar que, a pesar de los estrictos controles en el proceso de producción, se podrían haber robado pequeñas cantidades de estas tintas especiales. Pero es interesante preguntarse cómo las cantidades necesarias para la producción en masa podrían haber pasado desapercibidas y cómo el material pudo haber sido contrabandeado a través de fronteras nacionales fuertemente protegidas. Sin embargo, es cierto que Corea del Norte fue una vez cliente de Sicpa.

Sicpa verifica fácilmente si los Supernotes se imprimen con tintas originales. Un sistema de etiquetado secreto permite rastrear hacia atrás la tinta de seguridad hasta la fecha exacta de producción. Sicpa se ha negado a comentar porque Estados Unidos es su mayor cliente.

CONEXIÓN CON PYONGYANG

Otra peculiaridad de los billetes de dólar que surgieron a partir de 1996 es que cada variación implementada por la FED en la impresión del dólar ha sido inmediatamente replicada por los falsificadores. En la actualidad, se han identificado nada menos que 19 placas diferentes para los Supernotes , y son absolutamente perfectas. Las microimpresiones de solo 1/42,000 de pulgada están ocultas en los nuevos billetes y, bajo una lupa, los Supernotes no muestran ninguna desviación del original. ¿Dónde encontraron los falsificadores tales especialistas?


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La tesis de Washington de una "Conexión de Pyongyang" y una "guerra económica contra Estados Unidos" no son muy creídas. Extrañamente, aunque los falsificadores han dominado la tecnología de las tintas de seguridad sensibles al infrarrojo que se utilizan en los nuevos Supernotes, los billetes se producen de tal manera que los sistemas automatizados de prueba de moneda los reconocen inmediatamente como falsificaciones. En Estados Unidos, los Supernotes tienen pocas posibilidades de pasar desapercibidos. También es sospechoso el hecho de que los falsificadores no hagan circular el superbillete de 50 dólares, que está aún más finamente elaborado que el superbillete de 100 dólares, a pesar de que esta denominación es mucho más utilizada por el público en general y, a menudo, no se prueba.

UNA INVERSIÓN FALLIDA

Si los norcoreanos buscaron una ventaja económica falsificando Supernotes, entonces la empresa debe considerarse una mala inversión clásica. Según datos del servicio secreto estadounidense, que se encarga de lidiar con la falsificación de moneda, solo se han incautado $50 millones en Supernotes en los 17 años de su existencia. Pero Kim Jong-il ni siquiera pudo comprar una de las imprentas que necesitaría por menos de 50 millones de dólares.

Los investigadores de moneda falsa en Europa tampoco pueden confirmar que los Supernotes provengan principalmente del este de Asia. En Europa, estos billetes falsos se retiran rutinariamente de la circulación después de una inspección automatizada por parte de los bancos. Se cree que los Supernotes se originan principalmente en Oriente Medio, África Oriental y también en Rusia.

Desde estos países, se supone, los billetes de banco falsos podrían haber llegado a Corea del Norte en el curso de la venta de armas. Japón mantuvo anteriormente las relaciones económicas más intensas con Corea del Norte. Pero a lo largo de los años, la policía japonesa nunca ha podido confirmar un aumento en la circulación de los Supernotes . Justo lo contrario es cierto, de hecho.



¿Es posible que la CIA socave
la moneda estadounidense al falsificarla, solo para cubrir los gastos?
INSTALACIÓN DE IMPRESIÓN SECRETO DE LA CIA

La policía de Corea del Sur ha declarado que, de hecho, en varias ocasiones en Seúl, se han encontrado cantidades considerables de billetes de dólar falsos en posesión de personas de Shenyang y Dadong, ciudades chinas cercanas a la frontera con Corea del Norte. Pero según la policía de Corea del Sur, la última vez que detuvieron a un diplomático norcoreano que transportaba grandes cantidades de Supernotes ocurrió hace muchos años.

Por lo tanto, las acusaciones de Estados Unidos contra Corea del Norte se encuentran en un terreno muy inestable. Y ahora el péndulo retrocede: un rumor ha circulado durante años entre los representantes de la industria de la impresión de seguridad y los investigadores de falsificación de que es la CIA estadounidense la que imprime los Supernotes en una imprenta secreta. Es en esta instalación, que se cree que está en una ciudad al norte de Washington DC, donde se dice que se encuentran las imprentas necesarias para producir los Supernotes.

La CIA podría utilizar los Supernotes para financiar operaciones encubiertas en zonas de crisis internacional, y dichos fondos no estarían sujetos a ningún control por parte del Congreso estadounidense. Uno podría culpar cómodamente al archienemigo de Pyongyang por la operación de falsificación de dinero.

SUPUESTAMENTE 'PRUEBA INDISCUTIBLE'

Durante una década y media, los Supernotes fueron de interés solo para los investigadores de dinero falso. Pero al acusar oficialmente a Pyongyang por primera vez, el presidente George W. Bush hizo del tema una piedra angular de su política en la península coreana. Washington supuestamente tiene “evidencia indiscutible”, pero se ha negado a revelarla por razones de seguridad.

Semejante publicación está muy atrasada. De lo contrario, el público podría ver paralelos con los eventos que condujeron a la Guerra de Irak en 2003. En ese momento, los estadounidenses hablaron de “evidencia indiscutible” de que Irak estaba en posesión de armas de destrucción masiva para justificar su invasión. Posteriormente, tuvieron que admitir que su “evidencia indiscutible” estaba equivocada.

Klaus W. Bender es el autor de “Moneymakers, the Secret World of Banknote Printing”, publicado por Verlag J. Wiley en 2005.

Fuente original: https://www.watchingamerica.com/frankfurterallgemeine000009.shtml

26.6.23

Mr.880, la historia del falsificador de billetes de 1 dólar

Vidas curiosas: Mr.880, la historia del falsificador de billetes de 1 dólar
Fuente original: https://www.fabio.com.ar/7904-vidas_curiosas_mr880_la_historia_del_falsificador_de_billetes_de_1_dolar?fbclid=IwAR37SaPuChxb3yLbWbIUby-FGBaVXI5YqKWhfLQUOIganzEHPS0vl2OITCc


Durante diez años, desde 1938 a 1948, el servicio secreto de los EEUU intentó dar con un gran falsificador en Nueva York, un falsificador tan prolífico como horrible. Así es, no estamos hablando de un gran estafador de película sino de uno que hacía unos billetes tan horribles que nadie podía creer cómo pasaban por buenos.
Es más: su historia sí que llegó al cine y dieron con el luego de años y años de investigación, gastaron mucho más en encontrarlo que lo que había falsificado porque su estrategia era muy buena: sólo hacerlo con billetes de un dólar.



Usualmente quienes falsifican moneda lo hacen con billetes más grandes, jamás lo harían con los de la menor denominación, porque la idea es ganar mucha plata. Nadie se hace rico con billetes de a uno!
Esto era lo que más desconcertaba a los investigadores y le dieron el nombre de Mr. 880, por el número de expediente, a quien debían encontrar. El problema era lo elusivo que resultaba este criminal, no podían encontrar una sola pista y los billetes nunca aparecían en ningún patrón en particular.
Ahora bien ¿Eran buenas copias? No, para nada, eran horribles pero como prácticamente nadie se fija la validez de un billete tan chico el señor 880 siempre se salía con la suya. Los billetes eran fácilmente identificados en el banco pero quienes los depositaban no estaban al tanto de la calidad de su moneda.
Los numerosos errores en el billete incluían el nombre de Washington mal escrito con un Wahsington, los ojos mal dibujados, el papel que no tenía nada que ver con el papel moneda, era un papel común y corriente.
Las locaciones eran aleatorias y de poco valor, en estaciones de metro, en puestos de la calle, un bar, una tienda, todos pequeños negocios que impedían conectarlo con un patrón en particular porque nunca se repetían. Claro, era NYC y existía infinidad de lugares donde se podían ubicar estos billetes sin ser detectado.
Había, desde ya, una persona detrás de estos suaves crímines, se llamaba Edward Mueller. Edward era de origen austríaco (su apellido original era Juettner) y desde sus 13 años vivía en New York. Una persona bastante común y corriente, modesto, viudo en 1937 cuando deja de trabajar como supervisor de apartamentos y cambia su vida a recolectar cosas usadas y revenderlas.
Obviamente esto no le ofrecía demasiados ingresos y en un punto decidió fabricar su propio dinero. Había un problema: no tenía idea cómo hacerlo.
No siendo un artista igualmente prosiguió con su idea y para 1938 había creado sus propias placas de zinc, apenas lo tuvo listo y seco compró unos caramelos por unos pocos centavos y el vuelto en monedas ya era más que el valor real de dicho papel. Hasta ese momento a ningún falsificador se le había ocurrido hacerlo con billetes tan chicos, algo que hoy en día sí se puede encontrar.


Edward no necesitaba más de 50 dólares por mes, 25 se iban en la renta donde gastaba sus billetes reales, y luego no usaba más de dos billetes al día, siempre en un lugar distinto, jamás repitiendo.
Esto fue clave para mantenerse una década viviendo de arriba con papeles de colores, en cinco años apenas se detectaron 2840 dólares falsos, una cifra ridículamente baja como para que el servicio secreto se preocupara mucho pero al mismo tiempo la impotencia de no dar con él mantenía viva la operación para encontrarlo.
Todo cambió el día en que su apartamento de la 96 y Broadway se incendió, perdió todo incluyendo a su pobre perro, y tuvo que irse a vivir con su hija a las afueras de la ciudad.
Entre los restos que los bomberos fueron sacando para apagar el incendio estaba su prensa y ésta fue encontrada por un grupo de niños jugando entre las ruinas. Allí encontraron no sólo la prensa con el sello, sino unos treinta billetes. Los niños parece que se fijan un poco más en los detalles de los únicos billetes que pueden adquirir así que desde un principio creyeron que eran de juguete.
Uno llevó varios billetes a su casa, su padre los vio y llamó a la policía la cual dio con el servicio secreto, la clave: "Wahsington". Al fin tenían una pista! 10 años después de encontrar el primer billete.
Edward Mueller fue detenido por las autoridades al poco tiempo y disfrutó cada minuto de atención recibido, tenía 73 años y realmente nada que perder, pero además jamás había causado un daño realmente importante ya que nunca le había dado más de dos billetes a ningún comerciante.
Efectivamente el juez consideró lo mismo, era un delito grave, pero no en estas cifras, así que lo envió a la cárcel por un ejemplar año y un día, con una multa de un dólar, aunque sólo tuvo que cumplir cuatro meses en prisión.
Y como les dije, era una historia de película, así que la tuvo en 1950 (trailer aquí tan feo como sus billetes ) con Burt Lancaster persiguiéndolo y Edmund Gwen haciendo de "William 'Skipper' Miller", porque al parecer Mueller no tenía punch como nombre, la película se llamó, esta vez sí con más acierto: Mister 880.


Fuente original: https://www.fabio.com.ar/7904-vidas_curiosas_mr880_la_historia_del_falsificador_de_billetes_de_1_dolar?fbclid=IwAR37SaPuChxb3yLbWbIUby-FGBaVXI5YqKWhfLQUOIganzEHPS0vl2OITCc

Otras fuentes:
https://thehustle.co/worst-counterfeiter-in-history-mr-880/